Indagar y abordar la problemática y padecimientos de un niño que ha sufrido algún tipo de maltrato, abuso, hechos de violencia o vulnerabilidad a un entorno familiar plagado de conflictos, carencias o tiene algún trastorno de aprendizaje o conducta, es una tarea sin lugar a dudas, compleja para todos los profesionales que integran la Dirección de Orientación y Apoyo Psicológico Comunitario, dependiente de la Dirección General de Escuelas. Son 170 (psicólogos, psicopedagógos, trabajadores sociales, fonoaudiólogos y terapista del lenguaje) que atienden a unos 5.000 establecimientos educativos.
A esto se agrega la grave situación que denuncian los profesionales, quienes manifiestan la imposibilidad de trabajar correctamente, ya que en forma reiterada han visto violados sus derechos, han sido perseguidos laboralmente y trasladados de una sección a otra; además de padecer en varias oportunidades, una invasión a la ética profesional, razones más que suficientes para reclamar la remoción de su cargo, de la directora del DOAPC.
Reunidos con las autoridades de AMPROS, expresaron en forma unánime, que "los más perjudicados son los chicos, ya que el profesional y su paciente, pierden la relación que los uní­a. Conocemos la problemática por la que atraviesa el niño, podemos ayudarlo y crear un ví­nculo con él, que de esta forma, se pierde. Hablamos de la población más vulnerable, es gente que ya sufre carencias y de esta manera, vuelven a vulnerarse sus derechos", señalaron en referencia a los niños y a sus familias, derivados de los gabinetes psicopedagógicos.
Desde la entidad gremial aclararon que trabajar de esta manera se ha convertido en "un verdadero infierno" por el que deben atravesar todos los trabajadores nucleados allí­. "Lo más difí­cil ha sido la invasión a la ética que recibieron estos profesionales de parte de la Dirección. En su totalidad, argumentaron que no se respeta el criterio profesional, violando la ética", respondió Claudia Iturbe.
Es por ello, que debido a esta situación, AMPROS realizó una denuncia con las pruebas correspondientes ante las autoridades de la Subsecretarí­a de Trabajo de la Provincia el 9 de junio pasado.
Se llamó a conciliación y el gremio solicitó que se investigaran los memorándum emitidos por la directora, los traslados intempestivos, la quita de horas cátedra a los profesionales, adscripciones a diferentes lugares de trabajo, traslados de los mobiliarios de un lado a otro y por sobretodo, el elemento más alarmante a tener en cuenta: las licencias psiquiátricas solicitadas por los profesionales, debido al stress laboral en el que se ven sumidos por la actuación de la titular del organismo.
AMPROS expuso la situación, solicitó una audiencia con el director de Escuelas, Carlos López Puelles, no habiendo recibido aún una respuesta. Por otra parte, la Subsecretarí­a de Trabajo fijó una audiencia de conciliación para el 4 de septiembre a las 11.
La licenciada Claudia Iturbe manifestó que "algunos, incluso, temen por la continuidad de sus contratos. Desde el gremio, apoyaremos esta denuncia con todas las herramientas legales, porque lo sorprendente es que se trata de profesionales de todas las secciones, lo que pone en evidencia, la disconformidad generalizada de su gestión, al frente de esta repartición".
Finalmente, cabe destacar que este proceder de la directora repercute en el accionar de directores, docentes y administrativos de escuelas.

Testimonio de una madre
Mónica, mamá de un niño de siete años que fue derivado por la docente de su colegio al DOAPC, que tiene una hija más y un tercero en camino, expresó que estaban trabajando con los profesionales en el diagnóstico del pequeño, cuando se enteró que uno de ellos iba a ser trasladado. "Hago este reclamo porque un dí­a llamé para pedir turno con la psicóloga de mi hijo, que estaba empezando a verlo y habí­an logrado una buena relación, y me dijeron que este centro no tení­a profesional hasta nuevo aviso. ¿Cómo van a dejar a los chicos así­, sin ayuda? Si uno no tiene apoyo profesional, no puede ayudar a su propio hijo, es muy difí­cil. Estoy muy preocupada", sentenció la mamá.
Además, reclamó que son muy pocos los profesionales para la atención de tantos niños. "Muchas veces, pasa tiempo hasta que logramos el siguiente turno. Me pregunto si ahora tendré que relatarle toda mi historia a otro profesional nuevamente, y si mi hijo volverá a empezar con el tratamiento. Me parece injusto", concluyó Mónica.