Después de un mes y trece dí­as de luchar a brazo partido por sobrevivir y volver a los escenarios murió Sandro, el í­dolo de América, el pionero del rock en español y el í­cono de la música para millones de latinoamericanos.

Roberto Sánchez, como era su nombre verdadero, ingresó al hospital Italiano el 20 de noviembre, cuando apareció un donante de corazón y pulmón para que fuera trasplantado.

Fumador empedernido, el í­dolo padecí­a de una enfermedad pulmonar desde 1998 y en el último año pasó por un calvario: su estado de salud empeoraba dí­a a dí­a y viví­a conectado a un tubo de oxí­geno.

Si bien la operación que se le practicó en el hospital Italiano fue un éxito, Sandro no pudo sobrevivir al post operatorio. Estaba extremadamente delgado y con las defensas bajas, al punto que en el hospital contrajo una neumoní­a que le hizo tener reiterados picos de fiebre.

El 12 de diciembre los médicos quisieron practicarle la primera traqueoromí­a, pero el cantante se negó tení­a la esperanza de volver a cantar y no querí­a que se vieran afectadas sus cuerdas vocales.

Pero luego las operaciones fueron inevitables: en total se le practicaron cinco, las dos últimas hoy (por el lunes) por complicaciones bronquiales. Después de estos pasos por el quirófano, el cuerpo del Gitano dijo basta. La Salud de Sandro se apagó a las 20.40