Reflexiones acerca del estado actual de la salud en Mendoza
Lunes 09 de Agosto de 2010

Estamos viendo escenas propias de un circo, donde predomina la intolerancia, la falta de sentido común, el ignorar las necesidades y el reclamo tanto de los usuarios del sistema como de los trabajadores de la salud.

 

Hablamos desde la firme convicción que necesitamos una salida inmediata y consensuada, no de tipo mediático, no teórica ni dilatoria.

 

Hablamos con la experiencia de gestionar en crisis, con un equipo de salud, integrado por militantes comprometidos con la gente, provenientes de diferentes sectores sociales y políticos, que debimos sobrellevar la crisis de 2001 y las huelgas de 2006 2007, con aciertos y errores, pero con el sano espíritu de colaborar en una línea que caracterizaba a la salud de Mendoza.

 

Acerca de la coherencia de respetar los temas que trascendían a una o más gestiones, algo se quebró en estos años.

 

La situación es de tal gravedad que nos urge escuchar a la población, los trabajadores del sistema(profesionales y no profesionales) y dar respuestas, no espejitos de colores, disertaciones, planes, exposiciones, críticas sin propuesta o insultos o agravios sin ayudar con trabajo, compromiso con propuestas viables y metas a cumplir.

 

Mendoza necesita coherencia, no inauguraciones o seudo inauguraciones.

 

La salud no es discurso y marketing, tampoco peleas y agravios, con o sin razón. La salud es un compromiso con uno mismo, con la población, con los necesitados, con los que sufren, con una niñez que padece la falta de gestión de un sistema que trasciende a la circunstancia actual; una crisis que, por lo coyuntural, es muy grave y no sólo achacable a 2 años y 7 meses de gestión, que algunos pueden compartir, pero que sólo los que utilizan el sistema tienen la respuesta.

 

Se debe ser claro: hace muchísimos años que la salud no está como debiera estar de forma prioritaria en la agenda política: hecho demostrable a la hora de asignación de recursos presupuestarios, lo que origina el reclamo de los trabajadores no sólo por salarios dignos sino por condiciones y medio ambiente de trabajo.

 

Pero más aún, tenemos una realidad cruel que verificamos cuando al paso de los años el magro haber de los jubilados de la salud se debe a que nunca se terminó de cumplir con los convenios de trabajo y a las formas de contratación que sigue padeciendo el sistema y que arrastra de mucho tiempo, sumado al pase de las cajas a la Nación y a las desgraciadas leyes de Menem y Cavallo.

 

Dicen que el peor acto de corrupción es aceptar un cargo para el que no se está preparado, por lo que sería bueno, que muchos que pelean por tener un cargo o sacar chapa, miren hacia adentro de ellos mismos y se pregunten: ¿Podemos ser capaces?

 

La finalidad de estas pocas líneas no es juzgar una gestión. El fin es convocar urgente al trabajo con todos los que puedan colaborar en la recuperación del sistema.

 

Para ello deben incluirse todos los sectores. Por ello me llamó la atención la ausencia de OSEP en la presentación, no por cuestionar sino por una realidad palpable: casi 1 de cada 5 mendocinos es de OSEP.

 

La chicana, la justa crítica, la excusa, el discurso, dependen de cómo cada uno lo quiera interpretar y forma parte de los puntos de vista de las partes, aunque ya bien dice el refrán: “No hay peor ciego que el que no quiere ver”.

 

No busquemos culpables ni pases de factura. Hay una realidad que nos castiga: la gente reclama y tiene razón. Los trabajadores deben ser escuchados y, dado que bien se sabe que la salud es un factor de crecimiento de la economía, el resto lo debe hacer la igualdad y la justicia social.

 

La condición humana y la verdad son valores trascendentales que se resumen en la persona del Doctor Ramón Carrillo, que enseñaba que la salud es uno de los derechos más olvidados y sin embargo el más trascendente porque se vincula con la dignidad de la persona humana, con la vida colectiva. Es también una condición fundamental para la seguridad social.

 

Por eso, para mejorar la salud y hacerlo desde ya mismo, tal misión nos reclama convocarnos a fin de salir de la crisis trabajando en conjunto.

Armando Calletti - DNI 8.457.961

Ex Ministro de Salud de Mendoza

Fuente: Diario Los Andes

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