La salud es una de las prioridades que todo gobierno debe cumplimentar en beneficio de la sociedad. Desde siempre se ha hecho hincapié en el sentido de que es mucho más beneficioso, tanto para quien gobierna como para la población, un adecuado sistema de prevención de enfermedades, lo que determina paralelamente un costo mucho menor que tener que actuar sobre los problemas ya planteados.

A lo largo del tiempo es mucho lo que se ha avanzado en ese sentido. Hay enfermedades que en su momento generaron fuertes epidemias y que ahora han desaparecido y hay otras -como sucedió el año pasado con la gripe A- que surgen pero que son controladas a través de una eficiente campaña de prevención, como sucedió en Mendoza.

En ese esquema, es necesario que el alerta se mantenga en forma permanente porque también se recuerda lo que sucediera en su momento con el cólera o más recientemente con el dengue.

Así como hacemos alusión a lo que se realizó bien, también debe hacerse hincapié en algunos aspectos en los que debe continuar el trabajo para solucionar los múltiples problemas que aún se plantean.

Es el caso de lo que sucede con el funcionamiento de los centros de salud. El crudo invierno que atravesamos desnudó fallas en el sistema en razón de que el frío multiplicó las enfermedades respiratorias y la atención primaria se vio desbordada por falta de clínicos y pediatras, lo que obligó a la gente a peregrinar en distintos barrios en busca de un profesional.

Paralelamente, estudios específicos determinaron que entre 2003 y 2008 cayó un 24 por ciento la cantidad de consultas en centros de salud, tanto provinciales como municipales, mientras creció un 10 por ciento la cantidad de pacientes que asistieron a las guardias hospitalarias.

Se advierte además que la disminución de concurrencia a los centros de salud se debe a las falencias que tienen para atender -tanto por problemas edilicios como por carencia de profesionales- y que, pese a los anuncios realizados por las distintas administraciones provinciales, no se ha logrado descentralizar la atención primaria, un objetivo que se propuso en la década del 90 en acuerdo de las distintas facciones políticas.

Pero hay otros datos que también denotan que el sistema no funciona como corresponde. Un ex ministro de Salud aseguró que resulta difícil concientizar a la gente para que concurra a los centros de salud en lugar de los hospitales.

Destacó que 80 por ciento de las enfermedades que se atienden en las guardias hospitalarias son de baja complejidad y reconoció que la carencia de recurso humano y de tecnología influye en ese tipo de decisión de la gente, destacando entonces que debería dotarse a esos centros de la tecnología necesaria, como laboratorios o equipos de radiología, mientras la titular del gremio que nuclea a los profesionales en medicina indica que debería apuntarse a la descentralización, dejando a los hospitales para la atención de cuadros de alta complejidad.

Habiendo reconocido las falencias y advertido los errores, las autoridades deberán abocarse a la tarea de ejecutar acciones tendientes a recuperar la imagen de los centros de salud, de modo tal que la gente vuelva a confiar en ellos para esa atención primaria de la salud y concurra a los hospitales sólo en situaciones complejas o derivados de esos centros primarios, a los efectos de no colapsarlos, como sucedió en los días en que el frío polar cubrió la provincia.

Fuente: Diario Los Andes