La salud es una política de Estado porque entendemos a la salud como un bien superior, derecho no renunciable de cada mendocino, para todo el pueblo, de necesaria cobertura universal, accesibilidad, equidad e igualdad de oportunidades para todos los mendocinos, teniendo como objetivo fundamental y prioritario mejorar la calidad de vida y la salud en un marco de solidaridad.

Los conceptos para una reforma sustancial de la atención de la salud en Mendoza que proponemos -entre otros temas no menos importantes que tenemos desarrollados- son los siguientes:

1. Redes comunitarias solidarias de autoayuda,

2. Atención primaria de la salud,

3. Prevención, educación, descentralización y necesidad de redimensionar la alta complejidad,

4. Seguro provincial de salud. 

5. Fiscalización en el control de la gestión con auditorías permanentes. 

Para poder abordar estos temas debemos saber y tener presentes las debilidades y fortalezas que dispone el sistema de salud de Mendoza. Hay desnutrición en los ancianos y niños, hay malnutrición, hay desprotección y aumento en  los embarazos de las adolescentes, además de falta de control a tiempo justo como corresponde a esos nacimientos y sus recién nacidos.

La atención primaria real con suministros, atención-diagnóstico, medicamentos, para el mendocino pobre, es deficiente. Fallan los mecanismos de referencia y contrarreferencia.
La atención sanitaria rural también es deficiente. No se observa una normatización y proyecto de política sanitaria.

Es necesario, para el bien del pueblo, encarar entre todos los partidos políticos una verdadera política de Estado en salud, que perdure en el tiempo y se cumpla, concordante con un presupuesto acorde a esas políticas a instrumentar; discutir y consensuar entre todos estas políticas sanitarias para cumplirlas, cualquiera sea el Gobierno que asuma.

Se necesita un sinceramiento, autocrítica y revisión total de las políticas sanitarias actuales con auténtica vocación de servicio al pueblo. Realizar debates, replanteos, instalar ideas creativas y superadoras.

Hay que hacer fiscalización y control de gestión, con auditorías permanentes en cada uno de los servicios que se presten. Dar cumplimiento a las leyes presentes, escuchando y trabajando con las necesidades de la población y, junto a la Legislatura, darle forma e instrumentar nuevas acciones para bien de la gente, principalmente de los necesitados.
 
Instalar un nuevo camino en salud, cuya política de Estado garantice equidad y combata las desigualdades - entre ellas, disminuyendo el tiempo de las cirugías programadas - es decir un concepto de salud social solidaria.

Objetivos: Entre otros, que también son de importancia, hay que hablar de que no hay crecimiento sin desarrollo social y un Estado planificador, regulador y controlador, que atienda como corresponde la salud de su pueblo. Cuidar la salud de nuestro pueblo es invertir en el patrimonio más preciado que tiene Mendoza: su gente.

Una meta de la salud social solidaria debe ser el bienestar y la prevención del malestar físico, psíquico y social. Es necesaria una mayor y mejor orientación de la inversión pública y privada; una humanización y racionalización del uso de las tecnologías.

Hay que tener un programa provincial, consensuado y real, de atención primaria, con regionalización y readecuación de la alta complejidad.

Hay que humanizar la salud. Es necesario volver a la relación personalizada del médico con su paciente y, en tal sentido, hay que tener en marcha un programa provincial de médicos de cabecera, en conjunto con las políticas nacionales, que va más allá de los centros de salud y se mete en las calles de cada barrio para llegar y golpear la puerta en cada hogar mendocino.

Hay que garantizar un presupuesto que asegure cobertura integral a todos los mendocinos. Democratizar la salud, con participación de la comunidad y sus representantes más genuinos en cada lugar, por intermedio de redes comunitarias de autoayuda.

Tendría que promoverse la jerarquización del actual recurso en salud. Ampliar las bases de sustentación orientado a su desarrollo integral creando nuevos profesionales, facilitando el ingreso de más prestadores, capacitación permanente, pago adecuado, certificación, recertificación, docencia e investigación. Acreditación de servicios.

Realizar auditorías permanentes de gestión de calidad y gastos. Desarrollar programas de salud integral para adultos mayores, promoviendo una profunda interacción con el PAMI. Disminuir más la mortalidad y la desnutrición (a pesar que la inflación actual es una fábrica de pobres) a través de programas integrales de la atención del binomio madre-niño, en especial los grupos de riesgo, con monitorización permanente de embarazos de adolescentes y sus recién nacidos.

Hipólito Juan Filice - DNI 8.152.856 - Médico pediatra