Las balaceras aterrorizan al centro de salud del Barrio Huarpes
Miércoles 27 de Noviembre de 2013

Cansados de las balaceras y preocupados porque suceda algo peor, profesionales del Centro de Salud Nº8 del barrio Huarpes II, de Godoy Cruz, piden que la Policía les devuelva la custodia que había destinado para ese centro asistencial en 2004, después del asesinato de la maestra jardinera Claudia Oroná, ocurrido a metros de ese edificio.

Hace dos meses, el centro asistencial se quedó sin guardia policial “de golpe, sin explicaciones”, contó la enfermera Graciela Pini, y ya comenzaron a sentir la diferencia. La custodia estaba compuesta por un policía, que se apostaba en el lugar desde que abría hasta que cerraba sus puertas (de lunes a sábado).

“Al segundo día que sacaron la custodia ya teníamos a un muchacho colgado de la leonera del patio y se incrementaron las balaceras. No podés salir del trabajo cuando hay un tiroteo afuera y con la custodia esto no pasaba. Que el barrio es peligroso, lo sabemos todos. No queremos que vuelva a suceder una tragedia como la de Oroná”, dijo la pediatra Cristina Cunietti.

Los daños a las instalaciones también son otro factor que les preocupa, agresiones que, aseguran, habían disminuido con la presencia de un uniformado.

Con notas dirigidas a autoridades del Ministerio de Seguridad y de Salud, los profesionales pidieron una reposición de la guardia, temiendo volver a los robos semanales y los asaltos que solían sufrir antes de tener custodia: “Antes del 2004, veníamos teniendo robos e ingresaron armados en dos o tres oportunidades. Fueron asaltos. En uno de ellos golpearon a un miembro del personal administrativo. Cuando pusieron la custodia todo eso se terminó y nunca más hubo una persona armada acá adentro”, agregó Cunietti.

Como respuesta a los reiterados pedidos de custodia, los profesionales aseguraron que un uniformado estuvo allí por 15 días, pero luego desapareció y la razón que llegó a sus oídos fue “falta de presupuesto”. El ministro de Seguridad, Carlos Aranda, dijo a UNO que “normalmente, tratamos de dar soluciones a todos, pero nos designan otras consignas en la zona y no damos abasto. Sobre el caso puntual del centro de salud no se me había informado”.

Un niño baleado en la puerta
Hace tres domingos, un pequeño de 10 años –oriundo del mismo barrio– fue baleado en la puerta del centro de salud mientras jugaba con sus hermanitos y otros amiguitos. Si bien el hecho sucedió mientras el centro asistencial estaba cerrado, este ataque es un ejemplo de las balaceras que se producen en el lugar durante la semana, generalmente por la tarde.

La abuela del pequeño herido (se reserva su nombre por pedido de la mujer) contó: “Eran las 4 de la tarde, de repente pasaron en un auto disparando y una bala grande le perforó el maxilar. Mi nieto estuvo internado dos semanas y tres días en el hospital Notti. La semana pasada le dieron el alta. La bala le había quedado a 2 centímetros de la arteria aorta, suerte que se le fue a la clavícula. El ojito izquierdo lo tiene como caído, dicen los médicos que es por el fogonazo”.

“Es terrible todo esto”, dijo la enfermera Pini y sumó: “El pequeño estaba atento a unos pajaritos que habían hecho un nido en la pilastra de luz, acá en la puerta. Hace una semana, otro adolescente también fue baleado, pero a una cuadra de aquí. Necesitamos más tranquilidad para nosotros y los vecinos”.

Por Diario UNO – Luciana Morán

Graciela Pini muestra los orificios de bala que quedaron en la pared del centro de salud cuando hirieron al niño de 10 años
Graciela Pini muestra los orificios de bala que quedaron en la pared del centro de salud cuando hirieron al niño de 10 años
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\"No queremos que vuelva a suceder una tragedia como la de Claudia Oroná\", dijo Cristina Cunietti, médica pediatra.
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