Ahora una nota de Diario UNO ratifica la agonía de la Salud Pública que viene anunciando AMProS
Lunes 03 de Noviembre de 2014

No fue un fin de semana alentador para el Gobierno Provincial, ni mucho menos para la cartera de Salud que conduce Matías Roby. A la escalofriante novedad de que cuatro de cada diez mendocinos estan por debajo de la línea de la pobreza se sumaron serios cuestionamientos a la conducción del ministro que lidera una clínica privada en Palmares. Primero fue un corto circuito con Ciurca, luego el desplante del propio gobernador Pérez y para rematar el comienzo de mes, los desmanejos de la OSEP al desnudo por la intensión de investigar de una Comisión Legislativa.

Pero los males no terminaron allí para Pérez y Roby, el Diario UNO, en su edición de domingo, puso en papel una nota que habla de la crisis de los principales hospitales del Gran Mendoza en lo que tiene que ver con su mantenimiento y las consecuencias que esto acarrea a la hora de atender como es debido a la comunidad mendocina, algo que AMProS viene denunciando casi desde el comienzo de la administración Pérez.

A continuación la nota de Diario UNO que lleva como título:

Los principales hospitales de Mendoza en crisis por falta de mantenimiento en sus edificios.

La infraestructura del Notti, del Lagomaggiore y del Central está impactada por la falta de un programa preventivo de sostenimiento edilicio, capacitación y recursos específicos para este fin. Las consecuencias sobre pacientes y médicos.

El llanto de la mujer era imparable, el hombre la consolaba diciendo algo así como que todavía había mucho por hacer, que tenía el pulmón necrosado, sí, pero aún quedaban salidas para la internada. Sólo en el tono de voz se notaba que deseaba autoconvencerse.

El hombre, Paulo Silva, vio a los periodistas de Diario UNO recorrer el hospital y sin dejar de apoyarse en la derruida pared de la Terapia Intensiva del Lagomaggiore dijo: “Miren las palomas, miren la caca, miren cómo esto está lleno de bichos. Mi esposa, Raquel ( Robledo), llegó primero con una neumonía que luego se le complicó y tuvimos que volver a internarla el 5 de octubre, pero la infección que tiene ahora le comió el pulmón. Es por una bacteria de acá, del hospital, por la mugre, por las palomas”, mientras su hija y otras mujeres escuchaban entre llantos la rabia de Paulo.

El drama de esa familia no es tan atípico como sería deseable, y no hace más que reflejar lo que muchos usuarios del sistema estatal de salud aceptan con resignación mientras esperan ver solucionada su enfermedad: la ausencia total de mantenimiento hospitalario en nosocomios de alta complejidad como el Notti, el Central y el propio Lagomaggiore.

En este último hospital es común transitar pasillos con zócalos carcomidos, escaleras sin peldaños completos, puertas de los servicios críticos, como la UTI, que deberían ser vaivén, atadas con las guías de los sueros, camillas con reparaciones sobre reparaciones, cables pelados, cañerías rotas, techos con humedad, pasillos interminables con pocas y maltrechas sillas de metal que convierten al suelo en el mejor lugar para esperar, dormitar, comer, cambiar al bebé, tomar mates, lamentarse, putear.

Si la incomodidad tuviera premio, el Lagomaggiore ganaría. En las salas de la maternidad más importante de la provincia sólo cuentan con una ducha por piso, para 27 camas. Ya son un clásico las “carreras” de las mamis para ocuparla primero.

Ir al baño público es un desafío al sistema inmunológico por la precaridad de la limpieza, y obvio, no tienen jabón ni papel. Es decir, no pasarían una simple inspección municipal.

En el Lagomaggiore los signos de la vejez en el edificio son impiadosos. Y son escasos los arreglos de determinados sectores (Neonatología, Banco de Leche e internación clínica), además de la famosa pintada de algunas paredes, de la que se jacta el ministro Matías Roby, realizada gracias a donaciones.

Si al Notti el calor no le cae bien por la falta de aire acondicionado, al Lagomaggiore no le va mejor. Aunque en honor a la verdad, en quirófano y en parte de la Terapia Intensiva funciona el aire.

Como en el hospital pediátrico, en el Lago las ventanas se abren de par en par. Con un poco de brisa, entran las plumitas de las cientos de palomas que viven en los techos, anidando con sus crías, defecando con puntería militar sobre los patios externos, lo que suma a ese aroma tan particular de los hospitales el olor a pollo mojado y heces.

La escalera de emergencia del sector oeste está clausurada desde hace años y en lugar de ser una salida es un depósito de basura, paraíso de cucarachas y ratones.

Todos los directores del hospital Lagomaggiore, los anteriores y los actuales, siempre dicen lo mismo, son ellos quienes hacen arreglos; hacen limpieza de los tanques de agua; del techo sacan las palomas, pintan, mejoran, se ocupan, etcétera, etcétera. Pero la realidad de las fotos es otra.

Fernando Vera Vázquez es el actual director de Lagomaggiore, y en su versión “en este momento la prioridad son los insumos, es decir atender la parte asistencial. Estamos atados de manos con el financiamiento y todos los recursos están destinados a los insumos y el pago de prestaciones. Es decir, este no es el mejor momento para ocuparnos del mantenimiento”.

Vera Vázquez dijo que le faltan $41 millones para terminar el año, y se queja de esto. Pero no detalló qué gestiones realiza para que en la Maternidad, donde nacen más de 6.000 chicos por año, cuenten con tela adhesiva, jeringas, peras de aspiración, catéteres umbilicales, elementos básicos que no están en el hospital.

El problema del mantenimiento 
En los tres hospitales de referencia del Gran Mendoza: el Notti, el Central y el Lagomaggiore, el problema común es la escasez de dinero destinado específicamente a un programa preventivo de mantenimiento. Esto lleva a tener que actuar sobre la marcha, atendiendo lo urgente, que en el grueso de los casos termina con una solución “atada con alambre”.

De los tres, el caso más dramático es el del Lagomaggiore, pero le disputa esa categoría el Notti, tal cual reflejó Diario UNO el martes pasado. Allí, además de las dificultades para tener un sistema de aire climatizado, la humedad de las paredes en áreas críticas como el servicio de Oncología produce hongos, hay tableros de comandos eléctricos inservibles, salidas pluviales colapsadas, faltan insumos e instrumental para operar, como las mesas de anestesia.

La reacción oficial luego de la publicación del martes fue reconocer el problema y comentar al menos una posible solución para el aire.

Ricardo Flores, director general de Infraestructura e Insumos del Ministerio de Salud, explicó que los aires del Notti serán sectorizados por servicio, para evitar que si se rompe perjudique a todo el hospital. El cambio del sistema de climatización implicará que no será utilizada el agua como materia refrigerante o de calefacción, sino un fluido que no corroe las cañerías con el sarro.

En el orden de los $2 millones es el dinero que costará el cambio, que empezará este verano por Terapia Intensiva y Neonatología para luego extenderse a la guardia y el resto del hospital.

El funcionario agregó que el mantenimiento preventivo de la infraestructura hospitalaria empieza recién a organizarse y pretende crear una red de expertos para diseñar un manual de procedimiento con mayor capacitación y recursos.

El Central es un ejemplo de cómo el foco está poniéndose, poco a poco, en el mantenimiento. A fines del 2012 se hizo un recuento de las roturas y hasta ahora la mayor parte de los ascensores están reparados, pero no todos, y el sistema de aire acondicionado también será remplazado.

Sigue sin atención la pintura descascarada, los vidrios y ventanas rotas, la guardia quedó chica para la cantidad de personas que allí concurren, las goteras y cables pelados son visibles en todos los pisos. Otro gran problema del Central es la falta de instrumental para quirófanos y de aparatología para determinados estudios, como un “arco en C”, necesario para las cirugías de traumatología, un traductor de imágenes del ecográfo, equipos de broncoscopía y de oftalmología. La morgue, con una capacidad para 12 cuerpos, alberga a muchos más, a veces como consecuencia del tipo de hospital que es el Central, y otra por los muertos sin familiares que los reclamen.

El jueves pasado, al menos había 20 cuerpos y no cabía uno más.

El pobre cuidado de los hospitales en números

No fue poco el esfuerzo para obtener un panorama de cuánto dinero es destinado al mantenimiento de los hospitales. Es que los responsables de los hospitales, al no existir un partida específica, debieron sumar uno por uno cada arreglo, o al menos esa es la explicación que esgrimieron para tardar varios días en contestar la consulta.

Finalmente desde la Subsecretaría de Planificación y Control, que depende de Diego Álvarez, se informó sobre el punto. Sin contar la partida para pagar sueldos de Salud, que se lleva al menos el 75% del presupuesto total, los recursos para Bienes, Servicios y Capital, es decir aquellos fondos para comprar insumos, reparar y comprar equipos, suman el otro 25% .

Ahora, dentro de ese margen, lo destinado al mantenimiento es tan pobre que evidencia la falta de relación entre los metros cuadrados a sostener y el gasto.

Por ejemplo, la superficie del Hospital Central es de 20.000m2, y en lo que va del año gastó $1.305.000, en mantenimiento cuando tiene una partida de $86.328.111 para Bienes y Servicios.

Es cierto que este hospital invirtió en los arreglos de la Unidad Coronaria, los ascensores, el alquiler de los consultorios externos y el equipo de aire, $ 7, 7 millones, de los cuales algunas cosas están terminadas y otras aún en marcha, y algunas fueron financiadas con recursos propios y otras con aportes del Gobierno nacional. Si se suma lo destinado al mantenimiento en concreto y la inversión, se acerca a los $9 millones,

En el Notti, la relación entre la partida para Bienes y Servicios, que es de $67.401.300, y el mantenimiento ($580.000) explica varias cosas.

En el Lagomaggiore, la comparación es $ 99.284.782 para insumos y equipos, contra los $5.896.000 para reparaciones, sólo en lo que va del 2014, lo que llama la atención por el muy mal estado que muestra este hospital.

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