Los sindicatos resolvieron pasar a la ofensiva para obtener más fondos para sus obras sociales: amenazan con dejar de atender a los monotributistas y a los jubilados si el Gobierno no incrementa los recursos destinados a sus organizaciones de salud. La advertencia apunta a 1,5 millón de contribuyentes en actividad y a 400 mil retirados que, según los dirigentes, son los principales responsables del desfinanciamiento del sistema de salud. El planteo será el eje de un encuentro previsto para esta semana entre el jefe de la CGT, Hugo Moyano, y los representantes de los sectores que no le responden al camionero, con vistas a una posible reunificación de la central obrera.

El reclamo tomó forma luego de la reunión que Moyano y otros dirigentes mantuvieron la semana pasada con la presidenta Cristina Fernández y el ministro de Salud, Juan Manzur. Como informó este diario, el encuentro terminó con quejas de los sindicalistas por la falta de respuestas del Gobierno a sus demandas por la devolución de fondos para sus obras sociales.

"Estamos analizando dos lí­neas de acción. Por un lado, no atender más a los monotributistas, y por otro, presentar un recurso de amparo para que el PAMI se haga cargo de los jubilados que nos derivó. No puede ser que mientras el Gobierno nos traba los fondos nosotros tengamos que financiar las obras sociales con dinero de los sindicatos", sintetizó ante este diario uno de los gremialistas que se reunió la semana pasada con Cristina y Manzur. A cambio de mantener las prestaciones, los dirigentes exigirán que el Gobierno eleve por lo menos 30% el monto que perciben las obras sociales por atender a monotributistas y jubilados.

La queja atraviesa todos los sectores internos de la CGT. Tanto los aliados de Moyano como los "gordos" "“Armando Cavalieri, de Comercio; Oscar Lescano, de Luz y Fuerza, y Carlos West Ocampo, de Sanidad"“ y los "independientes", Andrés Rodrí­guez (estatales de UPCN) y Gerardo Martí­nez (albañiles, UOCRA). De todos modos, fuentes de los tres sectores admitieron que la advertencia se trata de una postura de máxima para forzar una negociación con el Ejecutivo.

A principios de 2009, Cavalieri habí­a lanzado en nombre de la CGT una advertencia similar respecto de los monotributistas, que quedó desactivada dí­as más tarde cuando el Gobierno dispuso una suba de las cápitas destinadas a las obras sociales por la atención de esos contribuyentes. La diferencia con la actual situación es que los dirigentes más cercanos a Moyano tomaron la posta y prometieron que será un reclamo de toda la central obrera.

En la actualidad, y luego de la reforma del sistema de monotributo, esos contribuyentes aportan 70 pesos para las coberturas de salud. Mientras que el PAMI enví­a a las obras sociales cápitas de $ 95 por jubilado derivado a las organizaciones de los gremios. Los sindicatos se quejaron de que sus afiliados en actividad aportan un promedio de $ 150 por la atención sanitaria.

La problemática de las obras sociales y la reiterada demanda por la devolución de los 3.500 millones de pesos del Fondo Solidario de Redistribución (que se compone de recursos obtenidos de la recaudación de las propias organizaciones sanitarias) será el centro de la reunión entre los sectores de la CGT, prevista inicialmente para mañana. Pero no será el único tema. Los "gordos", a cambio de unirse a Moyano en la cruzada, le reclamarán al camionero ponerse al frente de la defensa del modelo gremial argentino, amenazado por los fallos dictados por la Corte Suprema de Justicia en lí­nea con la normativa internacional relacionada con la libertad sindical.
Fuente: Crí­tica Digital