Quieren construir una "minicárcel" en el hospital El Sauce y hay fuertes quejas
Sábado 28 de Agosto de 2010

Se trata de uno de los lugares más estigmatizados de la sociedad y hasta los vecinos definen que es un lugar que ni los cartógrafos registran. Por eso mismo, la comunidad que rodea al hospital y los médicos que atienden allí han decidido dar un rotundo no a la instalación de una minicárcel en el predio de El Sauce, donde se ampliará la capacidad de los presos derivados allí por sus problemas de salud mental.

La historia arranca con un proyecto presentado por el justicialista Germán Gómez -Bloque Eje Peronista, que responde a los lineamientos de los hermanos Félix- que promueve la construcción de un pabellón donde se derivará a los presos que, por orden de la Justicia, necesitan tratamiento psiquiátrico. Este pabellón especial no será instalado en los terrenos de Boulogne Sur Mer ni en Almafuerte, sino en el principal hospital neuropsiquiátrico de la provincia: El Sauce, en Guaymallén.

Esta medida ya contaría con el beneplácito del Gobierno provincial, según pudo confirmar el mismo senador Gómez. El proyecto se encuentra en estos momentos en la comisión de Salud de la Cámara Alta pero ya encendió el alerta entre los vecinos y en el personal de la institución que ayer a la tarde decidieron cortar el tránsito del carril Mathus Hoyos y Tirasso en protesta por la medida.

 

\"Queremos que saquen a los presos de acá\"

Aunque en sus fundamentos, Gómez sostenga que \"desde hace décadas, el personal del hospital, reclaman se construya en el mismo predio un pabellón exclusivo para los presos de las cárceles mendocinas\", el piquete de ayer a la tarde reflejó todo lo contrario.

Precisamente, los vecinos rechazaron de inmediato la construcción de una cárcel. Entre sus argumentos, consideran que el neuropsiquiátrico no es un lugar cerrado del todo -no hay muros ni personal de seguridad en el ingreso al predio-, aunque el proyecto de ley propone acondicionar ese pabellón con todas las medidas de seguridad necesaria: alambrados, rejas, calabozos, cámaras de seguridad y refuerzo del personal penitenciario.

\"Cuando pensaron este proyecto no tuvieron en cuenta que en el mismo predio hay una escuela para chicos discapacitados y a 200 metros se ubican un jardín maternal y dos colegios\", sostuvo Daniel Coccia, vicepresidente de la unión vecinal de El Sauce.

Las quejas de los vecinos no son nuevas y varios recuerdan cómo hace unos años atrás un interno se escapó y murió atropellado por un automóvil: \"Queremos que directamente saquen el pabellón de judiciales de acá\", reclamó Coccia.

\"Esto colmó nuestra paciencia, así que si no hay una respuesta del Gobierno, después del corte vamos a tomar el hospital\", aseguró indignado el vecino.

Como prueba de la vulnerabilidad de la institución, MDZ dio una vuelta en camioneta por el predio donde quedó reflejado no sólo el olvido estatal en el que han caído las instalaciones del nosocomio, sino también algunos hechos llamativos, como la misma presencia de internos derivados de la cárcel fuera del pabellón en el que deberían estar detenidos.

 

El intendente \"piquetero\" también se opone

Alguna vez, la gremialista Raquel Blas lo tildó de \"piquetero\", algo que él mismo negó. Alejandro Abraham, el jefe comunal de Guaymallén se encuentra en una incómoda decisión: enfrentarse como intendente justicialista a la gestión de Celso Jaque por la instalación de la mini-penitenciaria psiquiátrica en El Sauce.

Precisamente por este contrapunto, Abraham ayer no apareció por la zona mientras los vecinos discutían todos sus problemas. Pero sí apareció un concejal justicialista que dijo ser el portavoz del intendente.

Se trata de Ramón Lucero, que criticó a otro justicialista, el senador Germán Gómez -autor de la iniciativa- por desconocer la realidad de El Sauce y expresó \"el repudio del intendente al proyecto y el apoyo a los vecinos\" de la localidad.

 

\"No negociaremos\"

Los vecinos no resistirán en soledad. También los profesionales y no profesionales de la salud han decidido rechazar la medida, porque suponen que un hospital público no puede albergar en su interior lo que consideran una cárcel encubierta.

\"Tanto el personal profesional como no profesional ha decidido no negociar ningún beneficio económico para atender en esos pabellones\", afirmó Claudia Iturbe, secretaria gremial de Ampros, el gremio que nuclea a los profesionales de la salud. La dirigente sindical alude en este caso a una propuesta que habría sido efectuada por el Gobierno para que el personal que atiende bajo un régimen carcelario cobre un plus por lo que implica atender a presos peligrosos con trastornos psicológicos.

Desde Ampros aseguraron que por una ordenanza no se puede instalar lugares de reclusión en centros urbanos y toman como ejemplo la construcción del penal de Almafuerte en Campo Cacheuta, en un sitio alejado de los grandes nucleos poblacionales.

\"Por qué no se construye en la Penitenciaría, si allí ya cuentan con todo el personal y los servicios necesarios\", se pregunta Iturbe por la racionalidad de la posible medida.

 

\"Lo quemamos por los pericotes\"

El proyecto del senador Gómez propone refaccionar un pabellón que ya existe pero que se encuentra muy deteriorado y en abandono. Desde las ventanas -donde lo que resiste son las rejas, algunas de las cuales con agujeros- puede observarse que sólo se utiliza como depósito de colchones que ya no se usan. Se trata del primer pabellón donde funcionara el hospital hace muchos años atrás.

Una parte del mismo fue refaccionada y es donde se alojan actualmente a los presos con problemas psiquiátricos. Allí son custodiados por tres guardiácarceles, más el regente del sector. Al momento de la visita, MDZ vio cómo un grupo de internos se encontraba fuera de las instalaciones, tomando mate, bajo la pacífica mirada de los penitenciarios. A menos de una cuadra de allí, en la canchita de fútbol del ingreso, un puñado de pibes corre atrás de una pelota.

A un costado, un sector del predio arde en llamas y uno de los internos manguerea: \"Lo quemamos porque había muchos pericotes\", deslizó uno de los guardiacárceles y gesticuló con sus manos para dar cuenta del generoso tamaño del roedor. 

Ni bien se percatan de la cámara fotográfica, los penitenciarios dan la orden de que los internos ingresen nuevamente al sector. \"Esto ya no es más el hospital\", detiene en seco el responsable del sector de seguridad y señala: \"Esto ya es otro ministerio\".

Precisamente, una de las complejidadades del hospital El Sauce es que alberga tres áreas del estado en un mismo predio, sin mayores distinciones ni cuidados: Salud, Gobierno -ya que las cárceles dependen de la cartera que dirige Mario Adaro- y DGE.

A metros del pabellón judicial, cruzando unas abandonadas canchas de paddle, hay una escuela especial y metros más allá un centro de salud. Son apenas metros fácilmente franqueables y a un par de pasos surge un bosque de álamos y nuevos barrios que se han ido instalando en la zona. Como se sabe, en todo el perímetro, no hay muro que se alce. La anécdota que cuenta Susana Pérez, la directora de la escuela especial \"María Ester Reta\" es muy vívida: los profesores corriendo a buscar a los niños porque uno de los internos salió corriendo y, detrás, los penitenciarios con las escopetas. 

A la fecha, en el sector de presos se encuentran alojados unas 16 personas. La capacidad, no obstante, es mucho menor: hay camas para ocho personas. Todos estos son hombres, aunque la iniciativa propone construir un lugar para mujeres también. El proyecto de Gómez prevé ampliar la capacidad de este pabellón para que puedan alojarse entre 30 y 60 internos derivados desde Almafuerte o Boulogne Sur Mer.

\"No hay nada escrito para que esto se mantenga así\", definió Héctor Ortíz Paoletti, ex director de la institución. El médico recordó que, desde hace 15 años, se vienen derivando internos por una situación de hecho por parte de los jueces, pero que no habría ninguna disposición legal que avale tales medidas judiciales. 

Y mientras los vecinos cortan la calle y recuerdan cada vez que van a los consultorios médicos del nosocomio y se cruzan con los presos esposados, los internos deambulan por los corredores del predio. No molestan. Preguntan, incluso, si pueden cuidar el coche por un momento. Bostezan seguido, eso sí.

Entre ellos, también deambulan los vecinos de los barrios colindantes, cruzando este es terreno como si fuera el gran patio trasero de sus humildes viviendas. Niños solos en bicicleta, mujeres que atraviesan cruzándose con los internos, jóvenes que buscan un atajo. Esa es la cotidianeidad en la que viven y que suponen puede ser peor si se instala una cárcel en ese lugar caído del mapa.

Fuente: Flor Kaiser – MDZ OL

 

Junto al pabellón judicial, los presos quemaban las pasturas
Junto al pabellón judicial, los presos quemaban las pasturas
El concejal Lucero -PJ- expresó el rechazo del intendente Abraham a la medida.
El concejal Lucero -PJ- expresó el rechazo del intendente Abraham a la medida.
El predio es vulnerable: no hay perímetro de seguridad.
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