AMPROS repudia enérgicamente lo acaecido días pasados en la sede de PAMI y manifiesta su malestar debido a que jubilados tienen que soportar una obra social que no les brinda las respuestas que debería. Asimismo, el gremio se solidariza con la familia de Mireya Córdoba, quien había concurrido a la sede central en varias oportunidades, buscando ser atendida en algún centro asistencial a raíz del cierre de la Clínica Aconcagua, lugar al que había sido derivada para su atención médica.

Cabe destacar que esta situación derivó en una protesta de los jubilados y para sorpresa de muchos, entre las más importantes se cuentan demoras en la atención de los jubilados, derivación a clínicas que no presentan las condiciones mínimas de asepsia tales como el Hospital Privado –que ya cuenta con innumerable cantidad de denuncias-, turnos para artrosocopias y estudios de alta complejidad con demoras de hasta siete meses, carencia o demoras en la entrega de prótesis, audífonos y medicamentos oncológicos y hasta derivación de turnos en lugares insólitos, como el relato una paciente que reside en Godoy Cruz y le otorgaron un turno en San Rafael.

El doctor Carlos Gómez Valdivia, desde AMPROS, sentenció: “Ha habido un retroceso en las prestaciones; lamentablemente si un afiliado tiene una emergencia con riesgo de muerte, las demoras son larguísimas. La falta de una conducción especializada en el tema gerontológico es el problema más grave. Esto no da para más”.