Cada año, antes del comienzo de las clases, los alumnos ingresantes en las instituciones educativas deben presentar certificados médicos que permitan conocer su estado de salud y las diferentes patologías que puedan tener, así como sus aptitudes psicofísicas. Sin embargo, este tipo de requisitos están lejos de brindar una cabal información que permita una tarea preventiva y de control de salud.

Por ejemplo, la consulta en la delegación local de la DGE arrojó que para los ingresantes al nivel inicial solo se le pide que llenen una \"fichita\" con los esquemas de vacunación completos y algún pequeño detalle más, pero que dista de ser un control serio.

Donde parece ser más tomado en cuenta el estado de salud, es en los niveles terciarios y universitarios. Ahí se hace un examen de aptitud psicofísica más completo, según confirmaron desde el Área Departamental de Salud, que es donde se realizan estos análisis. Lo que se persigue es, fundamentalmente, determinar las aptitudes, sobre todo frente a ciertas carreras como son las docentes, teniendo en cuenta los requerimientos sobre todo psicológicos a los que se verán requeridos en su vida laboral.

En el nivel secundario, que tal vez es una etapa central para el control de salud, es muy poco lo que se requiere, y por supuesto no es excluyente. Teniendo en cuenta que la secundaria atraviesa una etapa de la vida donde aparecen muchas patologías, se desarrolla la maduración sexual de los jóvenes y también es cuando aparecen las vulnerabilidades que pueden llevar a diferentes adicciones, la necesidad de fortalecer el cuidado de la salud es marcada como una necesidad urgente por referentes educativos que prefirieron mantener su nombre en reserva.

\"Habría que hacer control a todos los chicos con análisis diversos, porque la verdad es que muchas familias no tienen la posibilidad o la disposición para hacerlos por su cuenta\", expresó a nuestro diario un directivo, agregando que \"no tenemos la capacidad ni los medios para hacerlo\".

En los colegios, en los últimos años, se han dado muchos casos complejos con la salud de los alumnos. Desde los dramáticos, como los casos de fallecimientos en clases de educación física, hasta los que marcan situaciones más leves, pero traumáticas, como chicos con bajas notas porque nunca se le habían detectado situaciones como problemas en la visión o en la audición.

Otra cuestión lamentable es que, con la sanción de la nueva ley de educación, se podría haber buscado un fortalecimiento del control de salud, a partir no solo de mejorar los requisitos y la información con que se cuenta en las instituciones, sino también de poder hacer una tarea preventiva fuerte a partir de la detección de problemas familiares que pueden desembocar en problemas de salud. 

 Fuente: Diario San Rafael